EL VIEJO PABELLÓN FESTERO....................... por Fco. Javier Rodenas Micó

El paso de los años hace que cambiemos; esos cambios los percibimos en nuestro interior, pero también nos sirven de punto de referencia muy fiable las transformaciones que se dan a nuestro alrededor : las personas que ya no están, los avances tecnológicos, la fisonomía de las ciudades donde viejos edificios dan paso a nuevas construcciones ...
De igual modo, estos cambios nos enriquecen como seres individuales y como seres sociales y debemos a la memoria, a los recuerdos, una parte importante de ese enriquecimiento. Por este motivo, cuando uno se plantea evocar la historia de un club como el V-74, son muchos los recuerdos y las anécdotas que le vienen a la mente y piensa que 25 años de historia representan una trayectoria muy amplia que da lugar a muchos cambios y es indiscutible que este club ha cambiado mucho desde los primeros tiempos en el Círculo Agrícola Mercantil hasta el momento actual; por ese motivo, escribir un artículo sobre la historia del uve, como me había propuesto, supondría una extensa biografía que quizá no venga a lugar.
Me voy a centrar, por tanto, en uno de los elementos más representativos del baloncesto en Villena: del pabellón festero que, durante muchos años, fué el lugar donde el v-74 celebraba sus partidos. Los cambios en el tiempo a los que hacía antes referencia han permitido que ahora se juegue en unas condiciones inmejorables : en un pabellón cubierto, con unos amplios y acondicionados vestuarios, marcador electrónico y un largo etcétera de ventajas de las que antes no se podía. Hablar del viejo pabellón festero es hablar de partidos aplazados por la lluvia, de ducharte en casa porque la cortesía te obligaba dejarle las escasas y diminutas duchas al equipo rival, marcador manual, y un largo etcétera de situaciones ahora inimaginables; pero había un cierto romanticismo en todo aquello; aún tengo grabada en mi retina la imagen de los jugadores en el banquillo del equipo juvenil que, obligados a jugar los domingos a las nueve de la mañana, se protegían en invierno con mantas o cualquier tipo de prenda de abrigo ( a ver quien salía a jugar ); recuerdo los aspavientos y enfados de Miguel Saez; recuerdo las típicas gradas amarillas; recuerdo el pro-basket que se jugaban los sábados por la mañana; recuerdo los entrenamientos nocturnos y recuerdo bastantes aspectos más de una parte de la historia del V-74.
Ahora, cuando por motivo de cualquier acto festero, acudo al viejo pabellón, me invade la nostalgia de muchos buenos momentos vividos allí, y no sólo en el plano deportivo; allí hice buenos amigos, que lo siguen siendoy allí aprendí el sentimiento de pertenecer a un colectivo humano muy importante, colectivo, que tenía como cabeza visible a Santi, el sempiterno presidente que nunca pareció un presidente; a él le debe mucho el baloncesto de Villena y desde aquí me gustaría hacerle un pequeño homenaje : gracias.
ARTICULO CON MOTIVO DEL 25 ANIVERSARIO - AÑO 2000

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CLUB BALONCESTO V-74 VILLENA